A medida que la tecnología digital transforma la atención dental, los dispositivos de rayos X portátiles se han vuelto cada vez más populares en las clínicas de todo el mundo. Su conveniencia y rentabilidad los convierten en alternativas atractivas a las unidades tradicionales montadas en la pared. Sin embargo, con este cambio tecnológico, surgen importantes consideraciones de seguridad radiológica que a menudo no se mencionan.
Las radiografías dentales siguen siendo indispensables para diagnosticar la estructura dental, las condiciones de las raíces, la densidad ósea y las posibles patologías. Si bien proporcionan información diagnóstica crucial, también exponen a los profesionales a la radiación ionizante, una forma de energía lo suficientemente poderosa como para eliminar electrones de los átomos, lo que podría dañar el ADN celular.
La investigación sugiere que la exposición crónica a dosis bajas de radiación puede conducir a:
La exposición a la radiación se produce principalmente a través de dos vías: fugas del tubo de rayos X y radiación de retrodispersión de los tejidos o instrumentos del paciente. Estas seis normas de seguridad ayudan a mitigar estos riesgos:
Las unidades portátiles eficaces deben incorporar múltiples capas de blindaje de metales pesados que rodeen el tubo de rayos X. El plomo y otros materiales densos absorben la radiación dispersa, evitando fugas hacia el operador durante el uso a corta distancia.
La carcasa del dispositivo debe combinar polímeros de alta densidad con compuestos de blindaje especializados. Las barreras protectoras ajustables ayudan a colocar el blindaje de forma óptima entre el paciente y el profesional durante varios procedimientos.
Los colimadores diseñados correctamente restringen el haz de rayos X a un diámetro inferior a 6 cm, enfocando la radiación con precisión en el área objetivo. Esto reduce la dosis al paciente hasta en un 25 % y minimiza la radiación dispersa.
Los fabricantes responsables especifican relaciones de trabajo-descanso adecuadas (normalmente 1:60) para evitar el sobrecalentamiento del equipo. Esto garantiza una refrigeración adecuada entre exposiciones y, al mismo tiempo, prolonga la vida útil del dispositivo.
Los temporizadores de precisión deben finalizar automáticamente las exposiciones, mientras que los mecanismos de "interruptor de hombre muerto" evitan la activación accidental. Las funciones de bloqueo añaden otra capa de protección contra el uso no autorizado.
Cuando no están en uso, los dispositivos requieren un almacenamiento seguro con acceso restringido. La protección con contraseña y los registros de uso ayudan a mantener la responsabilidad y evitar el uso indebido.
Al evaluar las unidades de rayos X portátiles, los médicos deben verificar estas características clave:
A medida que los profesionales de la odontología adoptan cada vez más la tecnología de rayos X portátiles, comprender estos principios de seguridad radiológica se vuelve primordial. La selección adecuada del equipo, combinada con la estricta adhesión a los protocolos de seguridad, permite a los profesionales aprovechar los beneficios diagnósticos y, al mismo tiempo, minimizar los riesgos para la salud tanto para ellos como para sus pacientes.